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La globalización y los nuevos escenarios del comercio internacional

Elaborado por: Ximena Alvarenga - Diego Rivera - Fernando León

En el presente escrito se abordará el diagnóstico realizado por Osvaldo Rosales Villavicencio (Director de la División de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL) sobre los nuevos escenarios del comercio internacional. Como primer punto, se describirán las nuevas características a las que se enfrenta el comercio internacional según Rosales. Posteriormente, se comentarán sobre algunas de las propuestas que se han mencionado para modificar las normas dentro de la OMC, desde la perspectiva de Rosales. Finalmente, se enumerarán los desafíos para América Latina en el nuevo escenario del comercial internacional.  


Diagnóstico actual del sistema comercial internacional

Con el ascenso de los BRIC y las mejoras tecnológicas, las cuales acortan el ciclo de los productos y estrategias empresariales; el comercio internacional cada vez es más competitivo y hay una tendencia cada vez mayor a estructurar la producción en torno a cadenas de valor (Rosales Villavicencio 2009, p.77). Las cadenas globales de valor actuales abarcan múltiples etapas (Ver figura#1). El objetivo de estas cadenas es aumentar el contenido de conocimientos en cada una de sus fases, ya que en ello radica el valor por unidad producida.




En el actual sistema comercial internacional además han surgido nuevas políticas administrativas que restringen el comercio, tales como: exigencias en materia de seguridad, normas privadas de calidad, buenas prácticas agrícolas y cambio climático.

Estas políticas (aunado a la tecnología) de acuerdo con Rosales Villavicencio (2009), son las nuevas formas de competitividad en el comercio internacional actual producto de la globalización. Dichas restricciones son además consecuencia de una serie de eventos. Por ejemplo, las exigencias en materia de seguridad tomaron relevancia tras los atentados del 11 de setiembre del 2001 (Rosales Villavicencio 2009, p.82); las normas de calidad de los alimentos resultaron a raíz de una serie de propagación de brotes de enfermedades transmitidos por alimentos contaminados (Rosales Villavicencio 2009, p.83); y, en el ámbito ecológico, los gobiernos han comenzado a redactar disposiciones legales específicas en el marco del Protocolo de Kyoto (Rosales Villavicencio 2009, p.85). 



Especialmente en países de Europa y América del Norte se ha dado una proliferación de iniciativas de comercio justo certificado (sellos de garantía) sobre todo en la industria alimentaria. Hay cuatro coordinadoras internacionales del comercio justo: FLO, IFAT, NEWS! y EFTA. Se denomina FINE al espacio que propicia reuniones de coordinación entre las cuatro entidades.  (CECU, 2007) Una certificación es una garantía escrita dada por una agencia que asegura que el proceso de producción o el producto cumple con ciertos requisitos; en materia ambiental, social o de otra índole; establecidos por diferentes organizaciones o países. (FAO 2003, p.2). El cumplimiento de estas nuevas exigencias representan nuevos costos que “pueden afectar adversamente a los pequeños y medianos productores, puesto que si no logran cumplir con los programas citados, se arriesgan a perder mercados por falta de competitividad frente a quienes ya lo hacen” (Rosales Villavicencio 2009, p.83). Esto pese a que el objetivo de FLO (FairTrade Labelling Organization) es reducir la pobreza en los países en vías de desarrollo mediante un comercio más responsable. (Fairtrade Ibérica, s. f.) Por lo tanto, hay una paradoja en este objetivo; pues las iniciativas de comercio justo demandan ciertos requisitos y algunos pequeños productores no cuentan con los recursos para satisfacerlas y por lo tanto sus productos sufren restricciones comerciales. De esta forma las iniciativas de comercio justo pueden ir en detrimento de los pequeños productores. 

En lo ecológico, actualmente se propone velar por el cumplimiento de normas que cuiden de los efectos ambientales y climáticos del crecimiento económico y del comercio internacional. (Rosales Villavicencio, 2009, p. 85)

En general, en los últimos años, los estándares de calidad han aumentado en cantidad y en nivel de exigencias. Incluso producto de ellos ha habido conflictos de intereses entre agencias y principales productores de las economías centrales. Esto se debe en gran medida al surgimiento de nuevos actores poderosos en materia de comercio internacional. En la cual hay una nueva estructura de “actores empresariales, que en muchas ocasiones, tiene mayor incidencia en los temas comerciales que los propios gobiernos de los países industrializados” (Rosales Villavicencio 2009, p. 82). 

Las diferencias de competitividad entre los países, producto de la tecnología y los nuevos estándares comerciales, ha generado distanciamientos entre las zonas económicas. Aunado a ello, según Rosales (2009,  p.78), el nuevo escenario internacional actual dificulta las negociaciones multilaterales y abre espacios para la aplicación de políticas proteccionistas y acuerdos preferenciales. Dicho panorama además imposibilita la multilateralización del comercio. Por tal razón, el autor señala la necesidad de aplicar políticas de internacionalización que logren una debida articulación de redes comerciales internacionales. 

De acuerdo con Rosales, la adopción de los estándares privados, además de las normas oficiales y de aplicación obligatoria; constituye un desafío y una oportunidad para los países de la región. Y para ello es necesario invertir en recursos humanos e innovación, de manera que el comercio de América Latina y el Caribe “sea compatible con la magnitud del intenso cambio tecnológico que nos ha tocado vivir” (Rosales Villavicencio 2009, p.79). 

Cabe señalar que Rosales señala como desafío mundial la crisis económica del 2008, y la considera como otra posible causa de que los países opten por medidas proteccionistas, que de acuerdo con él alargan el problema. 

“La actual crisis económica internacional, la más severa que se haya registrado en casi 80 años, constituye el principal desafío respecto de los avances recientes en materia de liberalización comercial, sobre todo porque las dos fuerzas motrices de la globalización- el comercio y las corrientes de capital- se encontrarán en receso durante 2009 y parte del 2010” 
(Rosales Villavicencio 2009, p.79). 

Para el experto en comercio exterior y temas Arancelarios del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior, Carlos M. Pérez Munguía (2014) en efecto se dio un desplome del comercio mundial con la crisis del 2009, específicamente se habla de una disminución del 30% del comercio mundial debido principalmente a procesos cíclicos provenientes de los países desarrollados. Desde entonces se habla de una progresiva recuperación donde los países en desarrollo se encargan actualmente de más de la mitad de la producción mundial, a lo que el autor se refiere como la adquisición de estos países en términos de paridad del poder adquisitivo.

Además, Pérez Munguía rescata la importancia de las vinculaciones sur-sur, sin embargo los beneficios de la participación en las cadenas de valor mundiales no son automáticos. Muchos países en desarrollo se incorporan a esas cadenas llevando a cabo tareas poco especializadas, en las que el valor añadido es reducido, dar el paso a tareas de mayor valor agregado se torna difícil. Además persisten las normas comerciales multilaterales y los efectos del proteccionismo, que es instrumentado entre los países, aspectos que dificultan el desarrollo del comercio (Pérez Munguía, 2014).

Modificaciones a la OMC

Rosales señala que, ante un panorama comercial internacional diferente a décadas anteriores; la OMC (organización que se ocupa de las normas que rige el comercio entre países) debe realizar una serie de modificaciones en el accionar de la misma. Además, el autor insiste en la idea de concluir con las negociaciones de la Ronda de Doha , cuyas negociaciones han fracasado hasta la fecha.  

De acuerdo con el autor, las reuniones de los países del G-20 han coincidido en que las reformas a la OMC deberían  estar dirigidas a: abordar el compromiso de la no discriminación; mejorar el trato diferenciado y preferencial en favor de los países en desarrollo, particularmente de aquellos de menor desarrollo relativo; establecer una mayor coordinación entre la OMC y las agencias multilaterales de financiamiento para brindar asistencia financiera a los países en desarrollo; crear mecanismos institucionales que permitan una toma más rápida y eficaz de decisiones y reforzar los vínculos entre la OMC y las organizaciones de la sociedad civil (Rosales Villavicencio 2009, p.80). Sobre esta línea, los principales compromisos del G-20 se han centrado en tres de los aspectos anteriores:

1) Conservar la no discriminación. Debido a la proliferación de acuerdos de libre comercio, se ha adentrado en una situación de la nación más favorecida. Esto a pesar de que la OMC obliga a sus miembros a dar un trato similar a todos sus socios (nacionales e internacionales). No obstante, estas obligaciones en ocasiones no son vinculantes ya que “Organización no cuenta con mecanismos eficaces para evaluar sus efectos internos y repercusiones en otros socios” (Rosales Villavicencio 2009, p.80). De acuerdo con la evaluación de Rosales, ninguno de los 20 países se ha comprometido con este tema de la no discriminación. Ante esta situación, el autor plantea que se deberían “utilizar los acuerdos preferenciales para avanzar hacia la multilateralización de los compromisos y evitar que se conviertan en una fortaleza que impide el intercambio con otros socios que no pertenecen a ellos” (Rosales Villavicencio 2009, p.80).

2) Mejorar las disposiciones en materia de trato especial y diferenciado. Las disposiciones en esta materia “confieren a los países en desarrollo derechos especiales y brindan a los países desarrollados la posibilidad de otorgar un trato más favorable a los países en desarrollo que a los demás miembros de la OMC” (OMC, 2015). Esta medida se ha enfocado de acuerdo con Rosales principalmente en otorgar mayores plazos para que los países en desarrollo cumplan los compromisos y en la “posibilidad de que un conjunto significativo de sus productos pueda ingresar al mercado de los principales países” (Rosales Villavicencio 2009, p.81). No obstante, estas medidas han sido insuficientes y por lo tanto, el autor propone que el tratamiento especial y diferenciado se vincule en mayor medida a las temáticas de ayuda para el comercio, permitiendo a los países en desarrollo recursos que les permitan “mejorar y ampliar su infraestructura, su oferta exportable, la formación de recursos humanos y la capacitación de sus trabajadores, así como la agrupación de sus pymes y el acceso de estas al crédito y a las nuevas tecnologías” (Rosales Villavicencio 2009, p.81).

3) Mejorar el funcionamiento de la OMC. Ya que de acuerdo con Rosales Villavicencio (2009, p.81) se plantea la necesidad de mecanismos más ágiles y reuniones más eficientes, aunado a la exigencia de mejorar la transparencia y los vínculos con las organizaciones de la sociedad civil, difundiendo las funciones y acciones de la OMC; ofreciendo asistencia técnica sobre las normativas comerciales a gobiernos, academia, organizaciones empresariales y medios de comunicación, sin embargo se distinguen todavía algunos desafíos sensibles para la región, mismos que se abordan a continuación.

Desafíos para América Latina y el Caribe

Debido a los cambios y obstáculos del comercio internacional mencionados anteriormente, Rosales Villavicencio (2009), enumera los desafíos para América Latina y el Caribe para que sea una región competitiva de cara a la situación internacional actual. 

Como primer punto, el autor señala la importancia de impulsar un comercio intrarregional, y por ello considera sumamente valioso que América Latina y el Caribe logren interiorizar los estándares del comercio internacional actuales y que a su vez, formulen políticas estratégicas regionalmente en “materia de planes de producción, logística, comercialización, innovación y tecnología” (Rosales Villavicencio 2009, p.86). Esto debido a la incrementación de la competitividad e innovación tecnológica a nivel global, dado el crecimiento de países como China e India. Para el autor, la experiencia de estas nuevas potencias, debería servir de ejemplo para América Latina y el Caribe; porque desafiaron la exportación de productos primarios y optaron por mejoras tecnológicas para la exportación de productos manufacturados (Rosales Villavicencio 2009, p.90).

Dada la importancia de la tecnología y el surgimiento de las cadenas de valor, Rosales añade que para América Latina y el Caribe son necesarias las políticas que vuelvan más competitivos los recursos humanos; además de “los programas de innovación y la atracción de inversión extranjera directa, portadora de tecnología y conocimientos hacia sectores o actividades específicos” (Rosales Villavicencio 2009, p.93). 

La innovación, según el autor, debe además ir de la mano con la inversión y el marketing. De manera que el conocimiento se vincule con la producción y se introduzca al comercio internacional. Para ello se requiere “una actitud más proactiva en materia de marcas y patentes, estimulando la obtención y exportación de patentes y, por medio de ellas, de conocimientos” (Rosales Villavicencio 2009, p.92). También señala la importancia que a lo interno de cada país se apliquen políticas públicas que apoyen y modernicen las pequeñas y medianas empresas. 

Por último, Rosales considera fundamental el apoyo claro del gobierno central en el mejoramiento de la educación, infraestructura y logística.  En síntesis, el desafío para América Latina y el Caribe está en privilegiar la innovación como estrategia para lograr una inserción exitosa ante las nuevas demandas del comercio internacional, esto dentro de un marco institucional adecuado.

Mariano Rojas coincide en que el desarrollo económico de América Latina sigue sin resolverse y tradicionalmente se ha abordado desde dos vías principales, la del optimismo hacia la apertura comercial y la de la desconfianza hacia los pretendidos beneficios de una apertura. Rojas insiste en la necesidad de lograr avances sociales incluyentes desde la perspectiva de los avances comerciales que se generen en la región. El desarrollo es planteado como un riesgo desde lo social, se insiste en no confundir desarrollo con crecimiento económico y se parte de la necesidad de pasar de la valoración política a la valoración pública, donde el reto para la academia sigue siendo constante en pos de alcanzar la correcta dimensión de conceptos como "equidad, exclusión, cohesión social, calidad de vida, florecimiento humano, progreso y bienestar" (Rojas 2012, p.81), en ese sentido rescatamos la siguiente:

Los laberintos son lugares donde lo normal es extraviarse. Lugares cargados de falsas indicaciones, de signos ambiguos y de señas indescifrables. Y esto es exactamente el desarrollo [...] Es común en los laberintos experimentar súbitos entusiasmos por haber encontrado la ruta de salida para caer, poco después en la frustración frente al descubrimiento de que el camino no conducía en realidad a ningún lado. Lo mismo ocurre a menudo con el desarrollo.
(Ugo Pipitone, en Rojas 2012 p.80)

Referencias bibliográficas 

CECU. (2007). Organización Sello Comercio Justo: El sello de Garantía de los productos de Comercio Justo. Asociación del Sello de Productos de Comercio Justo. Recuperado de
http://www.sellocomerciojusto.org/mm/file/CECU_2007_GUIA%20FINAL.pdf [Consultado 5 mayo, 2015].

FAO. (2003). ¿Es la certificación algo para mí? Una guía práctica sobre por qué, cómo y con quién certificar productos para la exportación. Recuperado de ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/007/ad818s/ad818s00.pdf [Consultado 18 mayo, 2015].

Fairtrade Ibérica. (S.f). ¿Qué es Fairtrade? Un sistema Internacional que merece confianza. Fairtrade Ibérica Impact Hub Madrid. Recuperado de http://www.sellocomerciojusto.org/es/sobrefairtrade/queesfairtrade.html [Consultado 16 mayo, 2015]. 

Pérez Munguía, Carlos M. (2014, 10 de noviembre). Impacto de la crisis económica en el comercio mundial. Revista Forbes México. Recuperado de http://www.forbes.com.mx/impacto-de-la-crisis-economica-en-el-comercio-mundial/ [Consultado 8 mayo, 2015].  

Rojas, M. (2012). Panorama Económico. En: América Latina en los albores del siglo XXI. 1.
Aspectos económicos (Puchet, M.; Rojas, M.; Salazar, R.; Valenti, G. & Valdés, F. Eds.). México. D.F. Parte II. pp. 50-81.  
Rosales Villavicencio, Osvaldo. (2009). La globalización y los nuevos escenarios del
 comercio internacional. Revista CEPAL. Volumen (N°97), pp. 77-95.  Recuperado de http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/11272/097077095_es.pdf [Consultado 10 mayo, 2015].

OMC. (2015).  Disposiciones sobre trato especial y diferenciado. Sitio web Organización Mundial del Comercio. Desarrollo: Comité de Comercio y Desarrollo. Recuperado de https://www.wto.org/spanish/tratop_s/devel_s/dev_special_differential_provisions_s.htm [Consultado 4 mayo, 2015].

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